Yo quería ir a esquiar, resbalarme por la nieve, cruzar la Sierra de Béjar en un trineo rojo, arrastrado por perros blancos.
Y arreglar desaguisados: esa puerta que se ha roto, aquel carro que no tira, el cuadro que está mal colgado...
Poco más y nada menos, hay gente muy preparada y yo no estoy de buen año, aunque soñando y andando he llegado hasta este prado.
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