Vuelve tu rostro hacia el muro, cierra
los ojos y los labios: solo escucha.
¿Es que no oyes la música que sana?
¿Está dentro de ti y no la sientes?
¿No sientes como arrastra y te deshace
ideas y pasiones: tus heridas?
No es ella un palpitar de sangre, no es
la música que tiembla por tus nervios,
la música que suena por la venas,
el son del corazón bajo una mano.
Se trata de una música que arde
sin consumirse, que por siempre embriaga;
se trata de una música que suena
para aquel que no escucha, que le habla
a quien no habla y que muy dulcemente
le abre los ojos para siempre a aquel
que los tiene cerrados a la luz
porque se abisma en busca de otra luz.
Recógete, respira, pon las manos
y la frente encima de la piedra
y escucha el silencio, y escúchate.
¿No vas sintiendo suavemente cómo
es música secreta la que suena
fuera de ti, estando tan en ti?
Tu música y la música del mundo
son una sola música, pero hay
que arder para encenderla en tu interior,
que ser llama que escucha el vendaval.
Es música que enciende en plenitud
por siempre al que en su noche persevera.
Está dentro de ti: si das con ella
misteriosa resuena, ignota salva,
oscura te ilumina y te transforma
mientras que tú persigues cada día
músicas que jamás serán la música,
que al seguirlas te pierdes, no las oyes
aunque creas que oyes, y no saben,
aunque crean que saben, tus palabras.
Vuelve tu rostro hacia el muro, cierra
los ojos y los labios: sólo escucha.
¿Es que no oyes la música que sana?
Se trata de una música que está
dormida en tu interior, mas que despierta
con el silencio y arde muy adentro.
Si la oyeras, al fin conocerías
la alegría: el goce de ser llama.
Oirías el sonido de la luz.
Antonio Colinas
7 comentarios:
Bonito poema.
Una fotografia con mucha profundidad y llena de vida.
La naturaleza en su esplendor, dan ganas de pasear por esos lugares y respirar su aire fresco.
Saludos.
Es de esas fotos que siempre que uno pasa por este punto dice... "si tuviera la cámara". Esa vez tu la llevabas. Un par de consejos o, más bien, opiniones. Yo habría ampliado el campo de visión para coger más montaña y, por otro lado, en el postproceso, la habría contrastado un poco más.
Besos.
Inmensa, y toda dentro de tu camara.
La nieblecilla esa es la que me molesta, me pasó lo mismo con las fotos que hice en el monte de Santa Tecla, si pongo alguna de la desembocadura del Miño se puede apreciar, y da una rabia... no se, como se podria evitar...
Ah! por cierto, ten cuidado al entrar en el blog de Juan Carlos que tiene una vibora suelta por alli adelante...
Biquiños ;)
Candelario se asoma entre la arboleda, acostada en la falda de la sierra, casas apiñadas construidas en madera y adobe. Fachadas graníticas abiertas a base de batipuerta. Callejuelas estrechas, huyen sus habitantes de los hielos y la ventisca invernal. Olor a escoba serrana, humo curado y matanza.
Besos
Mª Angeles, en esta época del año es un paseo agradable porque es un sitio fresco rodeado de castaños.
Tendré en cuenta tu opinión para la próxima, Juan Carlos, pero como dice Merce esa especie de nieblecilla es difícil de quitar. La víbora es la que me preocupa que anda por ahí suelta metiéndose en los blogs de la gente cuando pinchas en su foto.
Carmen que bien has descrito Candelario, un pueblo típico donde los haya.
Ideal para pasar un verano!
Saludos:)
Tu lo has dicho Yelokehay, un sitio tranquilo y fresco.
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