Por tí me tragué una bronca que no me correspondía, pasé vergüenza ajena y propia, me puse en contra de mis amigos. Las palabras, sobre todo si son políticas, a veces perforan los oídos.
Por mí perdiste oportunidades, laborales y sentimentales, sufriste incomprensión, tristeza y abandono. Ingratitud. Las acciones, cuando son de corazón, no siempre son correspondidas.
Por tí sentí admiración, valor, poder con todo, serenidad, humildad, me pudo la pasión y yo le eché el pulso de mi vida y dejé de razonar, de comprender, de dialogar, de querer y de luchar. Hay luchas interminables donde la derrota es la mayor de las victorias.
Por mí cambiaste el rumbo, mejoraste y descubriste la tranquilidad, el suave consejo, la oportunidad perdida, el derecho a recuperar la seguridad.
Sudamos juntos, naufragamos y llegamos hasta el barco salvavidas. Es hora de descanso y de partida.
Habla tu, yo ahora prefiero el silencio por un tiempo y el disfrute de mis formas.